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"El año pasado deje de fumar, beber y mi adicción al sexo. Fueron los veinte minutos peores de mi vida." George Best.

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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Se ha muerto la Mona Chita

Se ha muerto la Mona Chita, en la foto la primera por la izquierda. En realidad no era una mona, era un chimpancé macho. Bibiana Aído no hubiera pasado por esto, pero Bibi ya no esta y el mundo que habíamos conocido se derrumba lentamente. O rápidamente, uno ya no sabe nada porque le faltan cada vez mas referencias.
No sé que ha pasado con el resto de los que estaban en el árbol, pero de repente ese árbol de cartón piedra me da mal royo. Probablemente estén todos palmera. La Mona, que siempre fué Mono, tenía ochenta tacos de calendario antes de comerse la última papilla de plátano. Tarzán casi seguro que murió hace años dando gritos seniles y jungliles en un geriátrico. La chica si no ha muerto seguro que ya no sabe ni como se llama, o sea como si se hubiera muerto. El niño me inquieta. Si no ha muerto alcoholizado o de sobredosis a los cuarenta y tres (esto es mucho de juguete roto del cine y eso) ¿qúe coño estará haciendo el jodío niño?
En fin, aquí les dejo con este recuerdo sombrío de la Mona Chita, mono impostor a la fuerza del show business, y aquellas películas de Tarzán de nuestra niñez. Que todo hay que decirlo, ya de niño me parecían una mierda.
Descansa en paz Mona Chita.
Y señores programadores de las cadenas de televisión: YA SÉ QUE ES SUPER ORIGINAL PROGRAMAR UN CICLO HOMENAJE DE LAS PELIS DE TARZÁN Y LA MONA CHITA, PERO NO ES EN ABSOLUTO NECESARIO.
Tengamos la fiesta es paz.

1 comentario:

  1. Soy tutor de 2º ESO en un centro de Jerez. Dias antes del 23 de diciembre, último día de clase antes de las vacaciones de Navidad, habíamos organizado un "amigo invisible" en el que participé también junto a mis alumnos de 2º. El día señala...do, la alumna a la que le había tocado mi papeleta, se acercó con su regalo y me... dijo: "espero que le guste, profesor". Abrí el paquete y allí estaba: Javier González, Navigatio. "Como usted es el profe de Lengua y le gusta tanto leer, pensé que era un buen regalo..." Le agradecí el detalle a mi alumna mientras leía el texto de la contraportada. "¿Quién c... es Javier González?", me preguntaba... "Nada, un libro más del estilo "El código Da Vinci" y sus sucedáneos", pensaba. Como el libro de Dan Brown lo leí hace años durante unas vacaciones y a pesar de mis reservas me gustó, pues me encanta leer todo lo que cae en mis manos, aunque a veces dejo lecturas a medias si el texto me aburre, me propuse empezar a leerlo enseguida... "Esta misma tarde lo empiezo", le dije a mi alumna. Y así fue, y en pocos días lo terminé. Me ha gustado mucho y ya echo de menos que algún productor cinematográfico lo tenga entre sus proyectos para hacer de él una película, sería un taquillazo. El libro es de lo mejorcito que he leído de narrativa española en los últimos años. Pérez Reverte me parece un gran escritor, pero sus novelas se diluyen al final, Almudena Grandes es un coñazo además de panfletaria, Zafón más de lo mismo. Javier González, si se me permite el símil, ha sido como ir a ver una película española al cine (hay que tener arrestos) y encontrarte con algo original, como cuando descubrí a Amenábar. Navigatio te engancha desde el inicio y la acción está presente desde ese momento y no cesa hasta la última página. Me gusta cómo trata de soslayo el ambiente preguerra civil, sin caer en tópicos ni convertir nuestro conflicto del 36 en la excusa, más bien al contrario, me parece incluso valiente que se aluda a las persecuciones que sufrieron los católicos por parte de la izquierda radical (eran historias de mis abuelos que nunca aparecían en los manuales, el cine y sólo en Madrid, de corte a checa, novela de Agustín de Foxá). Jamás había pensado escribir algo como esto en la página de un escritor cuya novela había leído, pero como la novela y el autor han sido un descubrimiento agradable, aquí me tienen. Sólo me queda recomendar este libro a todos mis amigos y desconocidos pero curiosos lectores y darle mi enhorabuena a Javier González. Sólo una crítica, Sanem, el diablo, me parece el personaje más flojito de la novela, aparece de repente en la historia del santo sepulcro, luego vuelve a aparecer en Estocolmo y con todo y a pesar de su protagonismo final, su caracterización y papel en el argumento me parece demasiado forzado. Un abrazo y feliz año.

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