
Dejar un libro sin terminar de leer es uno delos ejercicios mas penosos para un lector. Es la constatación de un fracaso en tu elección y un apunte contable doloroso en la partida de "Tiempo perdido".
Es el caso de la segunda novela de Casanova, su "Tierra de Dios", que para mi ha sido tierra yerma y sin aliciente alguno para acampar, ni siquiera vivaquear. Entre yo en sus páginas con las mejores intenciones, la autora había dejado un buen recuerdo con su opera prima, "La Dama y el León" y la cosa prometía.
Pero ha sido un ejercicio imposible. Me la regalaron este verano,la dejaba a las pocas páginas por otros libros (un sintoma malísimo) y le daba siempre una segunda oportunidad que nunca aprovechaba. Hasta que en la alborada de este nuevo año la pegue un tiro en la cabeza, como a los caballos que se rompen una pata en el oeste (en el americano, claro). Y a corrales.
En mi modesta opinión esta prometedora autora ha caido en la trampa para osos en la que caen demasiados autores. "Como la primera me ha salido bien pues escribo la secuela u otra cosa del mismo palo". Error y horror. No hay que repetirse, Claudia, para eso ya esta el chorizo.
Esperaremos a su próximo trabajo, un muerto en el armario lo tiene cualquiera, y repito: la Casanova es una autora a seguir.
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